Blanca Arias, del grupo de investigación TraDiLex (UPF), habló con alumnos de primero de la ESO sobre accesibilidad. La charla se convirtió en un espacio de debate, reflexión y comunidad sobre la diversidad de acceso a la comunicación.
En motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero), fecha que quiere visibilizar el rol de las mujeres a la ciencia y tecnología y alentar a las niñas y niños a participar de este sector, históricamente masculinizado, nace #100tífiques. El proyecto tiene como objetivos inspirar niños y niñas, contribuir a superar los estereotipos alrededor de la ciencia y la tecnología, promover modelos de mujer referentes en los ámbitos de las ciencias y las ingenierías, e impulsar que las mujeres científicas del país creen red entre ellas.
Blanca Arias, del grupo de investigación TraDiLex (UPF), participó con una charla sobre accesibilidad a la comunicación a los estudiantes de primero de la ESO del Instituto-Escuela Llibertat de Badalona. La charla abordó, inicialmente, qué es la accesibilidad (“con énfasis en la idea de que la accesibilidad tiene que ver con los entornos, y no con los individuos”, puntualiza Arias), cuáles son los beneficios de la accesibilidad para la sociedad en general, cómo se investiga y cuáles son los principales ejemplos.
"El objetivo era que los estudiantes se dieran cuenta de que las necesidades comunicativas de cada persona, en una sociedad diversa, son diferentes, y que la accesibilidad da respuesta a estas necesidades", asegura Arias. “Quería que no percibieran la discapacidad (o algunos de los “usuarios prototípicos de la accesibilidad”) como un elemento ajeno, sino que se dieran cuenta de cómo la accesibilidad está presente en el día a día de todos, y muy especialmente en su día a día y en el de personas cercanas a ellos (sus abuelos, padres, amigos...)”.
La recepción de los estudiantes fue muy positiva. A lo largo de la explicación se animaron y participaron espontáneamente, aportando ejemplos de medidas de accesibilidad que conocían y que les eran cercanas, como las señales acústicas de los semáforos, la numeración en braille en los botones del ascensor de casa o la interpretación en lenguas de signos vista en la televisión.
Arias destaca que, durante la charla, la clase se convirtió en un espacio seguro para compartir experiencias personales e incluso algunos de los alumnos explicaron al resto de compañeros los casos de personas cercanas que eran usuarias de estos servicios accesibilidad que Arias estaba presentando. “Me pareció que se daban cuenta de la necesidad y la urgencia de investigar en nuestro ámbito”, concluye, con tono optimista.